Ciberseguridad: tipos de ataques que tienes que conocer para estar prevenido

Los ataques cibernéticos son cada vez más frecuentes y sofisticados, poniendo en riesgo nuestra información personal y financiera. ¿Cómo podemos protegernos de estos ataques y evitar convertirnos en víctimas?

Tiempo de lectura: 3 minutos

La protección de datos se ha convertido en una preocupación fundamental tanto para empresas como para individuos. La información personal y confidencial que se transmite en línea está constantemente en riesgo de ser robada, comprometida o mal utilizada.

Es por eso por lo que proteger los datos se ha convertido en una necesidad cada vez más urgente.

La importancia de proteger nuestros datos radica en que contienen mucha información sensible, como números de tarjetas de crédito, contraseñas, historial de navegación y registros médicos, entre otros.

En ese sentido, hablar de ciberseguridad es una gran opción, pues se refiere a la protección de sistemas informáticos y redes contra amenazas cibernéticas.

¿Qué es un ataque de ciberseguridad?

Un ataque de ciberseguridad se refiere a cualquier intento no autorizado de obtener acceso, causar daño, robar, destruir o comprometer sistemas, redes, dispositivos o datos digitales.

Estos ataques los realizan ciberdelincuentes, hackers o piratas informáticos, que emplean técnicas y herramientas para infiltrarse en sistemas o redes para obtener información valiosa o causar daños.

Existen diversas metas que pueden perseguir los ataques de seguridad en línea, como, por ejemplo, la obtención de datos confidenciales, la interrupción de servicios, la generación de pérdidas económicas o el daño a la reputación de una organización o persona.

Tipos comunes de ataques a la ciberseguridad

Actualmente, hay varios ataques comunes en el ámbito de la ciberseguridad. A continuación, te presentamos una lista con algunos de los más frecuentes:

Ingeniería social: una técnica en la que los atacantes manipulan a las personas para obtener información o acceso a sistemas o redes. Puede consistir en engañar o persuadir a los empleados de una organización para que revelen contraseñas, información confidencial o realicen acciones que comprometan la seguridad de la empresa.

Ataques de fuerza bruta: son un método en el que los atacantes intentan adivinar contraseñas o claves de cifrado probando sistemáticamente diferentes combinaciones hasta encontrar la correcta. Este tipo de ataque puede ser lento, pero puede tener éxito si se utilizan contraseñas débiles o claves de cifrado predecibles.

Malware: se refiere al software malicioso diseñado para infiltrarse en sistemas o redes y causar daños. Puede incluir virus, gusanos, troyanos, ransomware y spyware, entre otros. Este se instala en los sistemas sin el consentimiento del usuario y puede robar información, dañar archivos o bloquear el acceso hasta que se pague un rescate.

Ataque de ransomware: puede provocar la pérdida de datos o la interrupción de las operaciones de una empresa y puede exigir el pago de una suma de dinero para recuperar el acceso a los archivos o sistemas afectados.

Phishing: es un tipo de ataque en el que los atacantes fingen ser entidades de confianza, como empresas o instituciones financieras, para obtener información confidencial, como contraseñas o números de tarjetas de crédito. Suelen utilizar correos electrónicos y sitios web falsos.

Ataque DDoS: un ataque de Denegación de Servicio Distribuido, consiste en un ataque en el que los servidores o sistemas son inundados con un gran número de peticiones para sobrecargarlos y hacerlos inaccesibles a los usuarios legítimos. Esto puede causar interrupciones en los servicios en línea y afectar a la disponibilidad de sitios web o aplicaciones.

Ataque de interceptación: interceptan la comunicación entre dos partes legítimas para obtener información confidencial. Puede ocurrir en redes inalámbricas inseguras o mediante el uso de herramientas de interceptación de datos.

¿Cómo prevenir los ataques en línea?

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Los ataques cibernéticos pueden impactar a cualquier individuo u entidad, independientemente de su escala o nivel tecnológico. Por ello, resulta crucial mantenerse informado y adoptar medidas preventivas para contrarrestar tales amenazas

A continuación, compartimos algunas sugerencias y precauciones para proteger la integridad de la información contra posibles vulnerabilidades:

  • No compartas información personal sensible en las redes sociales y ajusta tu configuración de privacidad para limitar la cantidad de información compartida públicamente.

  • Asegúrate de mantener todos los sistemas operativos, aplicaciones y programas actualizados con las últimas actualizaciones de seguridad.

  • Limita los permisos y accesos de los usuarios a sus sistemas. Concede solo los permisos y accesos necesarios para realizar tus tareas y asegúrate de revocarlos cuando ya no se requieren.

  • Crea contraseñas seguras y únicas para tus cuentas en línea y cámbialas con regularidad.

  • No abras ni respondas correos electrónicos sospechosos o de remitentes desconocidos. Ten cuidado con los mensajes que soliciten información confidencial o contengan enlaces o archivos adjuntos de fuentes desconocidas.

  • Implementa medidas de supervisión para detectar posibles actividades sospechosas o inusuales en sus sistemas. Utiliza herramientas de seguridad, como sistemas de detección de intrusos o de gestión de eventos e información de seguridad.

  • Instala y actualiza regularmente softwares, antivirus y antimalware en tus dispositivos, incluidos portátiles, teléfonos y tabletas.

  • Realiza copias de seguridad periódicas de sus datos importantes y guárdalas en un lugar seguro y separado.

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Escrito por: Catalina Hurtado

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