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Estamos llenos de actividades, ¡todos los días! Y no sé si te ha pasado, pero a veces como que anhelamos ser niños otra vez, ¿no? Quizá con menos preocupaciones o porque quisiéramos volver a aquellas épocas en las que disfrutábamos más de las cosas buenas de la vida, como el salir con los amigos del barrio a jugar o simplemente saltar en un charco de agua, luego de un día lluvioso.
Pero el tiempo avanza y nos convertimos en jóvenes y luego en adultos, que, por actividades laborales o académicas vemos cómo se nos pasa la vida, pero la vida no pasa por nosotros, es decir, se nos escapa el tiempo, pero no disfrutamos del mismo al máximo.
Y luego llega el burnout, o síndrome del agotamiento, que nos termina de “quemar” y nos deja totalmente sin energías y con todas las ganas de “tirar la toalla”.
Es allí cuando resulta vital girar la mirada hacia el cuidado de la salud emocional, también llamada bienestar emocional, que básicamente se trata de aquel estado de ánimo en el que sentimos que las cosas van bien y, también, cómo controlar nuestras emociones, ante las diferentes situaciones que se presenten.
Según la Organización Mundial de la Salud, la salud emocional es “un estado de ánimo en el cual la persona se da cuenta de sus propias aptitudes, puede afrontar las presiones normales de la vida, puede trabajar productiva y fructíferamente, y es capaz de hacer una contribución a la comunidad”.
Una vez conociendo su significado y también su importancia, te traemos acá 10 hábitos, que puedes desarrollar hoy mismo, para cuidarla.
Cuida tu cuerpo
La frase “mente sana en cuerpo sano” de seguro la habrás escuchado mucho, y a veces se ha convertido en algo “cliché”, pero lo cierto es que resulta importante, cuando hablamos del cuidado del cuerpo.
¿Por qué es importante?
Porque si no hacemos ejercicios o no nos alimentamos bien, definitivamente sentiremos un bajón en la productividad y en cualquier otro ámbito de la vida.
Piensa un poco. Trabajas 10 horas en el día, estudias otras 4 y duermes, en buena teoría, 8 horas. ¡Solo te quedan 2 horas! ¿Qué harás allí? A lo mucho un poco de ejercicio y nada más.
Es bueno separar tiempo para lo más importante. Dedicarle a cada espacio de nuestra vida el lugar que corresponde.
No procrastines
La procrastinación significa posponer demasiado, sea porque pensemos poco tiempo o porque creemos que el tiempo es ilimitado, lo cual también es peligroso, porque a fin de cuentas nunca terminamos lo que comenzamos.
Y no terminar lo que comenzamos es lo mismo que nunca haberlo ideado y nunca haberlo planificado.
¡El mejor momento para comenzar es ahora!
Separa tiempo para ti
Sí que es importante trabajar y estudiar. Los logros que llegan luego de un amplio esfuerzo por alcanzar cada una de estas metas en realidad es satisfactorio, pero date también un tiempo para ti, lo cual no significa que te quedes solo en una habitación, sino que:
- Salgas con tus mascotas al parque.
- Acudas a una reunión familiar.
- Vayas a un karaoke con tus amigos.
- Te inscribas y participes en un curso de guitarra.
¡Tanto que se puede hacer!
No desestimes el valor de dedicar tiempo para ti.
Mira el lado positivo de las cosas
Es cierto que no todo el tiempo podemos estar felices, pero, tampoco significa que todos los días vamos a estar tristes. ¡Por el contrario! Aún en momentos de mucha tristeza, tratemos de ver el lado bueno de las cosas.
Para quienes hemos perdido un familiar alguna vez, no es nada fácil hacerlo, porque el dolor es indescriptible, pero podemos acercarnos más a nuestros familiares que quedan acá, y recordar los buenos momentos vividos.
¡Tener una actitud positiva aporta muchísimo!
Plantéate metas
Una de las mayores alegrías de la vida es aquella que sentimos cuando llegamos a la meta. Terminar los estudios, llegar a la cuota de ventas, comprar el carro o la casa anhelada, conocer a la persona de tu vida, en fin, llegar allí es increíble.
Pero para lograr lo anterior, debes trazar una ruta, es decir, necesitas marcar primero hacia dónde quieres llegar (objetivo), en qué tiempo lo alcanzarás (fecha) y con qué herramientas irás a la “batalla” (recursos).
¡Todo se puede lograr con visión!
Descansa las horas adecuadas
Todos sabemos que debemos descansar, para recobrar energías, pero ¿lo hacemos?
Sí, de seguro estarás mirando hacia el cielo o tal vez te hayas puesto cabizbajo, pero no te preocupes, siempre hay una oportunidad para recomenzar.
Hemos escuchado de seguro que es preciso descansar 7 u 8 horas mínimo al día, pero más allá de eso, que es totalmente correcto, debemos hablar de la calidad del descanso.
Porque puedes terminar tu trabajo un sábado a las 5 de la mañana y “cumplir” tus horas de sueño hasta el mediodía o hasta la 1 de la tarde, ¡pero eso no está bien!
Decían los abuelitos que “el día se hizo para trabajar y la noche para descansar” y es totalmente cierto. Cumple con tus horas de sueño, pero hazlo con responsabilidad, respetando los horarios más adecuados, para que tu cuerpo descanse de manera óptima y no de una forma descuidada.
Comunícate, no te guardes las cosas
Muchas veces nos cuesta mostrar nuestra vulnerabilidad cuando nos sentimos tristes, porque creemos que aquello denotará debilidad. ¿Lo cierto? Mostrarlo te ayudará a quitarte una carga pesada de encima y, también, podrás recibir una palabra de aliento para poder seguir.
Un familiar, un amigo o un compañero de trabajo pueden ser grandes aliados para “soltar” aquellas cosas que nos afectan. Contarlo o pedir ayuda será en gran manera beneficioso, para sentirnos bien con nosotros mismos y, para de una vez por todas, salir de aquella situación negativa que incluso no nos deja dormir.
Mantén activo a tu cerebro
El cerebro es uno de los órganos que más se afecta cuando tenemos malos hábitos, tales como pasar mucho tiempo en el celular, posponer planes, discutir con nuestros familiares o amigos, en fin, se pierde muchísimo más de lo que se piensa.
Por ello es preciso que mantengamos activo a nuestro cerebro con cosas que sumen, no que resten. Algunas de ellas pueden ser:
- Leer un libro (de preferencia físico).
- Aprender una nueva habilidad musical.
- Mirar tutoriales de cocina y poner en práctica.
- Participar juegos hogareños que estimulen el pensamiento.
¡Se puede hacer, claro que sí!
Gestiona tus emociones
Estar triste, feliz o enojado, como lo vimos en uno de los puntos anteriores, no está del todo mal, porque somos seres humanos, no robots, pero ello no significa que debamos mantener emociones perjudiciales.
Un ejemplo claro es si estamos molestos. Podemos estarlo durante un corto tiempo, pero no seguir cosechando malos sentimientos en la mente y corazón, porque ello hará que estemos molestos de forma muy recurrente, lo cual puede afectar la salud y el relacionamiento con quienes tenemos cerca.
¡Sé equilibrado! Puedes controlar aquellas emociones negativas y ser feliz, que sí que es algo que nos dará mejor calidad de vida.
Sé agradecido
La dejamos de último no porque sea la menos importante, sino porque queremos que sea la última que leas y te quedes con este mensaje: “agradece en todo momento, en todo lugar, y a todos los que puedas”.
Nos cuesta a veces reconocer que los demás pueden ayudarnos o que nos han ayudado, y simplemente no damos las gracias. El orgullo puede más y no le decimos a aquella persona que quedamos muy agradecidos por su ayuda.
¡Quitemos ese pensamiento!
Demos gracias siempre, a todos quienes nos rodean, pues ello nos dará un mayor sentido de humanidad y de condescendencia.
Esperamos que estas recomendaciones te hayan ayudado mucho, a tener una mejor perspectiva de tu vida y a saber que, si las aplicas, podrás ser más feliz y también transmitir aquel sentimiento a los otros.
La salud emocional es vital, ¡nunca lo olvides!
Escrito por Alex Morán Navia