Las PYMES son un actor esencial de la economía y el empleo mundial. Basta con salir a recorrer el barrio en el que vivamos, sin importar dónde sea, para verlo: la mayoría de los comercios que pueblan nuestras ciudades son pequeñas y medianas empresas.
Pero esto no es una acepción subjetiva, los datos respaldan y avalan la importancia de las PYMES:
Según un informe de la Organización Mundial de Comercio, uno de los grandes retos que enfrentan las PYMES a nivel mundial es la falta de financiación, lo que puede marcar la diferencia entre un emprendimiento que triunfa y uno que cae en la bancarrota. Todos los negocios tienen vaivenes en sus finanzas, con épocas en las que recaudan más y otras en las que el dinero escasea. Poder financiarlas en épocas de necesidad es lo que hace que muchas resistan el temporal y logren revertir esa situación y recorrer el camino hacia el éxito.
La misma entidad asegura que en el mundo hay fondos de inversión globales en busca de inversiones con disponibilidad inmediata de dinero para achicar significativamente esa brecha gigante que existe entre la financiación que actualmente se les brinda a las PYMES, y la que realmente se necesita para cubrir el déficit.
Entonces, si hay una oferta de dinero muy grande y una inmensa cantidad de PYMES que necesitan disponer de ese dinero, ¿por qué no se cruzan esos caminos? El problema es la evaluación de riesgos y las herramientas de análisis, que impiden que muchos de estos emprendimientos puedan calificar para recibir financiación.
La solución, siempre según la OMC, podría aportarla la tecnología, ya que, mediante la digitalización de las PYMES, deben generarse herramientas de análisis más ágiles y acertadas, para permitir que estos negocios que comienzan puedan acceder a esos montos tan necesarios para sobrevivir a los comienzos.
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Por Pablo Ortiz
