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Si bien la mayoría de las notas de este blog están relacionadas con la tecnología y los avances derivados de ella, lo cierto es que no es la única línea temática que seguimos. Hemos publicado recomendaciones de salud, de finanzas, consejos para adquirir dispositivos electrónicos y similares.
En esta ocasión, queremos hablar de un aspecto esencial en lo que respecta al clima laboral, la eficiencia y la eficacia dentro de la oficina: el feedback. Traduciéndolo al español, este vocablo hace referencia a una retroalimentación, una devolución luego de un trabajo realizado.
Esto tiene una enorme importancia para los objetivos de las organizaciones, ya que de ello depende que los trabajos efectuados vayan poniéndose en sintonía con lo que pretende la empresa, con su misión y visión.
Pero, para que esto no vaya a generar malos tratos, hay que saber diferenciar entre la crítica destructiva y el feedback. Mientras que la retroalimentación busca construir, generar un crecimiento laboral, la crítica destructiva sólo busca eso mismo, destruir. Para evitar malos momentos, es importante buscar la manera de que, quien da esta observación, no ofenda o haga que quien la recibe se sienta atacado.
La comunicación asertiva es un gran aliado en ese sentido, ya que se trata de un tipo de interlocución que busca generar ese equilibrio predispuesto a la conciliación, en la que se logra dar a entender lo que se pretende decir, sin generar conflictos entre las partes.
Fomentar este tipo de interacciones positivas es sumamente productivo para las organizaciones, ya que fortalece el trabajo en equipo, genera un buen clima laboral y permite que se alcancen los objetivos de manera más sencilla. La clave, como en casi todos los ámbitos de la vida, está en una buena comunicación.
Escrito por Pablo Ortiz.
