Un aspecto de la sociedad que consideramos esencial y explicamos con frecuencia en este blog, son los impuestos. La actividad tributaria es muy importante para la vida de todos los contribuyentes, desde la economía familiar hasta la estatal, que tendrá mayor o menor recaudación según regule la actividad.
En una entrada anterior, te explicábamos qué es el Impuesto General a las Ventas o IGV, uno de los más extendidos en el sistema tributario peruano y que más recaudación le genera a la Superintendencia Nacional de Aduanas y de Administración Tributaria (SUNAT), la autoridad encargada de regular este tipo de actividad.
En este artículo de hoy, queremos hablarte del IGV Justo, un recurso que la SUNAT ofrece a los contribuyentes peruanos y que puede ser de mucha ayuda para aquellos que pasen apremios económicos y que califiquen para poder solicitarlo y aprovechar esta ayuda.
Puntualmente, el IGV Justo es un mecanismo que permite recibir el beneficio tributario de prorrogar el pago del IGV durante tres meses. Esta condición está orientada a las pequeñas y micro empresas que tengan una facturación de hasta 1.700 Unidades Impositivas Tributarias (UIT).
¿Quiénes califican para solicitarlo? En palabras de la propia SUNAT en su website:
- “Que vendan bienes, presten servicios y/o ejecuten contratos de construcción.
- Micro y pequeñas empresas cuyas ventas anuales no sean superiores a 1,700 UIT (se toma como referencia la UIT vigente en el periodo anterior al de la opción de prórroga).
- Microempresa: Ventas anuales hasta 150 UIT. Pequeña empresa: Ventas anuales superiores a 150 UIT y hasta el monto máximo a 1,700 UIT”.
Sin ninguna duda, este régimen especial puede significar una bocanada de aire fresco para las finanzas de un pequeño emprendimiento que está pasando momentos delicados. Es por ello que, así como conocer las obligaciones es crucial, también es importante saber cuáles son los beneficios que nos ofrece el sistema.
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Por Pablo Ortiz.
