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Que la tecnología se reinventa constantemente lo sabemos y lo repetimos hasta el hartazgo en este blog, pero, sin dudas, si hay un campo tecnológico que sobresale por la velocidad inmensa con la que avanza, y por lo innovador de todas sus invenciones, ese es el de la informática.
Sin dudas, al hablar del mundo de la informática, hay dos temas que siempre son recurrentes en casi cualquier conversación al respecto en la actualidad: la nube y Microsoft. El primero, porque es un aspecto de la innovación que ha facilitado la vida a millones de personas en el mundo. Y el segundo, sencillamente, porque es uno de los grandes nombres propios en la historia de la computación.
Sobre la nube hemos hablado en artículos anteriores, pero, para darle mayor sustento a esta nota, vamos a traer a colación una definición que elaboramos en la mencionada publicación: “Una red de servidores remotos interconectados entre sí que funciona como un sistema de almacenamiento gigantesco”.
¿Por qué repasamos un concepto que ya habíamos analizado en otra oportunidad? Porque en esta ocasión, vamos a hablar de uno de los productos más novedosos y llamativos de Microsoft en los últimos tiempos, un sistema operativo en la nube: Windows 365.
Con el lanzamiento de esta herramienta, ahora será posible acceder a la plataforma desde cualquier dispositivo con navegador web. Lo cual ofrece la oportunidad de acceder a nuestras aplicaciones y programas desde cualquier lado, con nuestra configuración predeterminada y nuestros valores predilectos.
De esta manera, Microsoft, el gigante norteamericano de la industria del software. Da un paso adelante en su estrategia de permitir acceder a cualquiera de sus utilidades desde entornos remotos, mediante el uso del internet. La flexibilidad y la facilidad de uso son las dos grandes apuestas de la empresa para esperar que Windows 365 sea un éxito rotundo.
Cada año surgen nuevas facetas de la tecnología que nos hacen repensar todo lo que conocemos sobre ella. Hace algunos años resultaba algo totalmente ridículo plantear la posibilidad de tener un sistema operativo desde la nube. Y hoy es la realidad. Sólo el tiempo dirá qué nos depara el futuro.
Escrito por Pablo Ortiz.
