Generalmente solemos ponderar la reinvención y la actualización constante como claves para poder sobrevivir en el mercado actual, que cada vez está más digitalizado y es más competitivo, lo que nos obliga a estar atentos a los cambios en el entorno.
En algunas notas de este blog hemos tratado temas relacionados, explicándolos de manera sencilla. Por ejemplo, detallamos cómo la automatización y la digitalización son esenciales para el mercado, o te contamos qué es el RPA, otro ítem esencial para los negocios del futuro, entre varios artículos similares.
En esta oportunidad queremos hablar de otro aspecto igualmente importante para el éxito de cualquier modelo de negocios: el servicio al cliente. Lo sabemos todos, una mala atención al consumidor puede llevarnos a la quiebra en un abrir y cerrar de ojos. Una mala reseña, una calificación negativa, una queja a los tratos recibidos por parte de los empleados, sobre todo en tiempos en los que todo se viraliza instantáneamente, provocará daños irreversibles. Por el contrario, se afirma que virtudes como la calidez son esenciales para lograr resultados.
Por empezar, podemos decir que el servicio al cliente es toda la relación y las acciones que planteamos con el mismo desde antes y hasta después de realizada la compra. Muchas compañías o emprendimientos subestiman lo importante que resultan estos procesos para el éxito del negocio.
Como mencionamos con anterioridad, una mala experiencia para el usuario puede hundir nuestro negocio, mientras que, por el contrario, una buena nos favorecerá y generará réditos económicos y de reputación de marca.
Es por ello que hoy te acercamos algunas recomendaciones para que optimices esta pata tan importante del negocio:
- Capacitación: todos los empleados del negocio, sin importar su puesto, deben tener conocimiento sobre cómo trabajar con los clientes.
- Planificación estratégica: nada puede dejarse librado a la improvisación, debe haber una manera especificada de tratar con el cliente.
- Cambia el enfoque: el cliente no siempre tiene la razón como muchos dicen, pero tampoco tiene la obligación de comprarnos nada, no les estamos haciendo un favor al venderle, es él quien nos está ayudando a nosotros al comprarnos. El trato debe estar a la altura.
- Ponerse en el lugar del otro: es simple, debemos hacernos la pregunta de si nos gustaría recibir el trato que nosotros estamos dando.
- Siempre se puede mejorar: es clave monitorear constantemente la satisfacción del cliente y optimizar lo que no esté funcionando. Por ejemplo, si a nuestros clientes no les gusta el tiempo de espera para entregar un producto, se busca la manera de acortar ese tiempo.
Como siempre reiteramos, estas son solo algunas recomendaciones, pero cada negocio es un mundo aparte y nadie mejor que tú sabrás cómo mejorar lo que esté fallando en tu situación. No dudes en invertir tiempo, dinero y esfuerzos en mejorar la atención al cliente, ¡verás los resultados!
Por Pablo Ortiz.