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La influencia de la tecnología y las innovaciones en nuestras vidas es casi total, al punto de que gran parte de nuestras actividades diarias están organizadas en torno a dispositivos. Concebir sociedades en la actualidad sin interferencia de la tecnología es casi imposible.
Las redes sociales explican una gran parte de esa influencia, con miles de millones de usuarios en todo el planeta que pasan horas al día utilizándolas. Ha llegado a tal punto este tipo de comportamientos, que incluso han dado lugar al surgimiento de conceptos como el de hiperconectividad.
Pero, como toda tecnología, estas tienen algún grado de posibilidad de falla, lo cual sucede de vez en cuando y genera noticias y especulaciones en todo el planeta. Esto último sucedió el pasado lunes 4 de octubre, cuando WhatsApp, Facebook e Instagram, todas pertenecientes a la compañía de Mark Zuckerberg, dejaron de funcionar.
Lo que llamó particularmente la atención esta vez, además del hecho de que dejaron de funcionar simultáneamente. Fue la duración de los inconvenientes técnicos, ya que se estima que dejaron de estar disponibles por alrededor de 7 horas. Esta cifra resultó muy elevada para lo que suelen durar estos malfuncionamientos, sobre todo teniendo en cuenta la enorme cantidad de técnicos, ingenieros y especialistas con los que trabaja Facebook y que pueden solucionar estas situaciones.
Una vez restituido el sistema, la gran duda entre todos los usuarios surgió al tratar de explicar por qué se dio esta interrupción. En ese sentido, la compañía publicó un comunicado para dar por cerrado el tema y acabar las especulaciones:
“Durante una de las rutinas de mantenimiento, se ejecutó un comando para evaluar la disponibilidad en la capacidad en la red troncal global. Esto, involuntariamente, cortó todas las conexiones en nuestra red troncal, desconectando asimismo a los centros de datos de Facebook a nivel global. Nuestros sistemas están diseñados para auditar comandos como este y prevenir estos errores. Pero un error en esa herramienta de auditoría impidió que el comando fuera interrumpido. Ese error derivó en una desconexión total de nuestras conexiones de servidor entre nuestros centros de datos e Internet. Y esa pérdida total de conexión causó un segundo problema que agravó la situación”.
Esta situación fue generando una reacción en cadena de inconvenientes que generaron, entre otras cosas, que los especialistas en resolución de estos problemas dentro de la compañía, no pudieran acceder a sus herramientas de trabajo (para más detalles puedes acceder al comunicado).
Aclarado esto por parte de la compañía, atrás quedan los rumores de hackeos masivos y demás suposiciones infundadas. Y se sabe que fue algo mucho menos complicado, algo tan simple como una actividad de mantenimiento que terminó saliendo mal. ¿Ocurrirá nuevamente más adelante? Solo el tiempo lo dirá.
Escrito por Pablo Ortiz.