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Vivimos en una era de digitalización, es un hecho del que todos tenemos una clara noción. Este concepto, tal como lo hemos definido en otro artículo, hace referencia a una metamorfosis mediante la cual “se transforman tanto objetos como procesos analógicos en digitales. Es la penetración de la tecnología en todas esas actividades y objetos que se hacían manualmente”.
Uno de los grandes protagonistas de esta era de cambio, que hace posibles varios de estos procesos que significan dejar atrás una tarea manual o tradicional por una digital -como puede ser el caso de la Facturación Electrónica-, es la nube, otro tema que hemos tocado oportunamente.
Esta herramienta, citando las palabras de otra de nuestras notas, puede entenderse como “una red de servidores remotos interconectados entre sí que funciona como un sistema de almacenamiento gigantesco. Por su nombre, muchas personas creen que se trata de un sistema abstracto, pero no, como vemos, el almacenamiento sigue siendo físico”.
¿Por qué hablamos tanto de la nube si es un tópico que ya hemos analizado? sencillamente porque, en esta oportunidad, hablaremos de uno de los máximos referentes de este campo: Google Cloud. Esta plataforma pertenece al gigante informático norteamericano y ofrece servicios de todo tipo en la nube.
Varias funcionalidades que antes requerían aplicaciones y hardware, ahora se realizan directamente desde la nube. Entre ellas, podrían mencionarse diseños, programación, almacenamiento, desarrollo y demás actividades que aprovechan las ventajas ofrecidas por Google Cloud.
Si bien el líder del mercado es Amazon Web Services y también tiene competencia fuerte con Microsoft Azure, Google se mantiene como un player importante en esta industria que tiene grandes proyecciones de crecimiento.
Escrito por Pablo Ortiz.
