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Entre los temas que más nos gusta remarcar en este blog están la incesante innovación, la marcada digitalización y reinvención de la tecnología. Pues bien, este avance actualmente está enfrentando serias dificultades en todo el mundo y la velocidad y cantidad de producción se ve disminuida por efecto de una escasez muy grande de componentes empleados en la fabricación.
¿Qué tipo de insumos son los que faltan y por qué estamos atravesando esta crisis? Puntualmente, la poca disponibilidad más relevante es la de los chips utilizados en la electrónica, esto provocado por una insuficiencia en la producción de los semiconductores, una pieza vital.
Todo esto ha provocado un sismo en la actividad industrial en todo el planeta: productos que llevan chips en su interior como tablets, consolas de videojuegos, piezas de informática, automóviles y demás similares, están en verdaderos embotellamientos de producción, con una demanda alta y una capacidad de fabricación baja.
Al momento de encontrar una razón, hay múltiples motivos que esgrimen los especialistas, los cuales iremos detallando a continuación:
- Pandemia: el desencadenante. Cadenas de suministros rotas, restricciones laborales, caída brutal de la actividad y el consumo.
- Mala previsión: industrias gigantes como la automotriz descartaron las compras durante la pandemia y los fabricantes de semiconductores optaron por vender su producto a otros rubros, lo que generó que ahora, que el consumo se reactivó y todas las industrias requieren esas piezas, no haya para todos.
- Nuevas tecnologías: un ejemplo es el desarrollo del 5G, que ha provocado una demanda muy alta de chips y ha absorbido gran parte de la oferta que había.
- Home office: otro derivado de la pandemia. Miles de millones de personas en el planeta súbitamente se vieron obligadas a trabajar desde el hogar, lo que propició una demanda brutal de equipos para lograrlo, desde computadoras, hasta equipos de comunicación, conexión y demás.
Además de estos ítems, han ocurrido otros escollos como huelgas de trabajadores o directamente falta de suministros para los mismos fabricantes de semiconductores, que, al no contar con mano de obra ni materia prima, poco han podido hacer.
Pero, además de a la industria, esta crisis ha afectado a los consumidores. Porque hay demoras y faltantes a la hora de comprar artefactos, claro, pero también por una regla básica del mercado: si hay una gran demanda y una escasa oferta, los precios se disparan.
Cuando se intenta vislumbrar el final de esta crisis, no está tan claro. La mayoría coincide en que, al haberse desequilibrado tanto la oferta y la demanda de chips, llevará un tiempo para estabilizarse y, mientras tanto, no podrá aumentarse la producción, ya que estas fábricas llevan hasta dos años para entrar en plena capacidad. Los más optimistas apuntan a que la tormenta pasará a mediados del 2022, mientras que no son pocos quienes pronostican que seguirá hasta el 2023. El tiempo dirá quién estaba en lo correcto.
Escrito por Pablo Ortiz.