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Cuando hablamos de la tecnología y la manera en la que nos ha facilitado la vida a los seres humanos a lo largo de la historia, no podemos dejar de mencionar que esto es una realidad constante, que a cada momento surgen innovaciones que nos ayudan a vivir mejor.
Desde la invención de la rueda hasta el internet, los seres humanos nos hemos caracterizado por buscar siempre alguna manera de hacer que las cosas sean más sencillas, de ahorrar tiempo, esfuerzo, dinero, salud. Básicamente, de optimizar todo lo que hagamos.
En este sentido, la sociedad atraviesa un proceso marcado de digitalización, un concepto que hemos explicado en otro artículo y que hace referencia a una etapa de cambio, en la que los procesos manuales o tradicionales se reemplazan por otros mejores, superadores, por medio de los avances tecnológicos.
Entonces, si hablamos de tecnología que esté mejorando técnicas antiguas en la actual era de digitalización, sin ninguna duda una de las grandes estrellas a nivel mundial es la Facturación Electrónica. Con una enorme cantidad de beneficios, que van desde el ahorro económico hasta el cuidado del medioambiente, este recurso está revolucionando la manera de tributar en todo el planeta.
Hablar de Facturación Electrónica es hablar de una digitalización enorme en los procesos de los negocios tradicionales. Es pasar de las viejas carpetas con facturas almacenadas en depósitos poco ventilados, gastos de tintas, impresoras, papelería, riesgo de pérdida de la información, de que los datos se borraran por mala calidad de la tinta, a un sistema superador, en el que toda la información está segura, accesible las 24 horas desde cualquier lugar del planeta, con un ahorro de hasta el 80% en gastos derivados, es pasar a un procedimiento sencillo y ágil para emitir los comprobantes.
Pero, si hay algo que tiene que entenderse de la Facturación Electrónica, es que se trata de un sistema conveniente, económico, y que al mismo tiempo ofrece tantos beneficios. Que no se podría hablar ni siquiera de que se trata una inversión rentable, porque es mucho más que eso: es un salto de calidad. Al mismo tiempo, es una manera de cubrirse ante los cambios constantes en la dinámica de los negocios.
Que hoy en día aún haya gente dudando de si migrar o no hacia esta plataforma, únicamente podría explicarse por algún grado de desconocimiento de lo que realmente ofrece esta herramienta. Porque nadie que realmente tuviera claros los beneficios de la emisión electrónica de comprobantes seguiría optando por el método tradicional. Todo aquel que conozca la naturaleza de la Facturación Electrónica no lo duda: es lo mejor para el negocio.
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Escrito por Pablo Ortiz.